Dusty Springfield
- Josefinah Contreras Vallejos
- 15 ene 2021
- 5 Min. de lectura

Nació como Mary Isabell Catherine Bernadette O’Brien en una familia acomodada en Londres. Tuvo una educación refinada, incluyendo estudios en Ealing. Pero lo que le gustaba era cantar. Su influencia en la música es innegable, con un legado impresionante que ha trascendido las décadas y la ha consolidado como una de las artistas más influyentes del Soul y R&B.
Como los Beatles y los Rolling Stones, sentía una pasión por los discos americanos. Sobre todo, los de Motown. Así que a los 21 años ya había formado su propio de chicas llamadas The Lana Sisters, en homenaje a su devoción por Lana Turner.
Pero no mucho después se cansó de sus “falsas hermanas” Iris y Lynne, y extrañamente formó un grupo folk-rock con su hermano Tom, llamado los Springfields. Con ellos tuvo su primer éxito en las listas inglesas: “Island of Dreams” y “Say I Won’t Be There”. Incluso lograron cruzar el charco en 1962 con “Silver Threads and Golden Needles”. Un año después emprendió su carrera en solitario cantando Soul, que era lo que en realidad le gustaba y la llamó desde el principio.
Dusty estaba obsesionada por el sonido de Phil Spector: las voces de las Ronnettes y las Shirelles. Así que decidió utilizar al productor Johnny Franz, que imitaba a Spector, y grabó “I Only Want To Be With You” en 1964, que alcanzó los primeros puestos tanto en las listas estadounidenses como en las inglesas.

Las cantantes inglesas presentaban una imagen mucho más adulta, incluso sofisticada, que sus compañeras americanas. Buen ejemplo de ello era Springfield. Una mujer que rompió con todos los estereotipos de la época. Su pasión por la música de Motown la llevó a presentar un programa televisivo llamado The Sound of Motown. Gracias a ello, hizo llegar la música de Otis Redding, James Brown o el sonido de Motown y Stax a las audiencias inglesas.
Entre los temas que cantaba Dusty, siempre había canciones de compositores estadounidenses como Randy Newman, Burt Bacharach y Hal David o Gerry Goffin y Carole King.
Dusty poseía tan inteligencia musical que, pese a los impedimentos de su propio sello discográfico, quiso grabar una versión de “Lo Che Non Vivo Senza Te”, la magnífica canción de Pino Donaggio. La grabó con el título de “You Don´t Have to Say You Love Me” y fue un número uno automático en medio mundo. Ella mismo hizo cambios en la letra y en los arreglos.

En 1968 firmó con Atlantic y se trasladó a Memphis para grabar su mejor trabajo, Dusty in Memphis. Un disco más orientado al R&B y que grabó junto a los mejores músicos de sesión del sur de EEUU, como Tom Dowd y Arif Mardin. En el estaba incluida su canción más famosa “Son of A Preacher Man”, un tema que Aretha Franklin había rechazado y que por suerte, devolvió a Sprinfield. Más intrigante aún, el disco fue un fracaso mundial. Menos mal que Tarantino rescató la canción casi treinta años después, al incluirla en la banda sonora de Pulp Fiction.
Dusty tuvo un sonado incidente internacional, ya que se negó a actuar en Sudáfrica ante la audiencia racista sino permitían que cualquiera pudiera acudir a sus conciertos, fuesen negros o blancos. Con su mánager, demandó al gobierno sudafricano ante las presiones recibidas para actuar solamente ante la audiencia blanca.
Llamaba mucho la atención en sus salidas públicas, porque siempre iba acompañada de auténticas bellezas femeninas, su peluca rubia, sus extravagantes trajes y siempre en el brazo, su osito de peluche llamado Einstein.
Fue en aquella época cuando Dusty empezó a ser alcohólica y se metió también en el mundo de la heroína. Se conocen varios episodios en que fue hospitalizada. -en algunas ocasiones por descarados intentos de suicidio. Fue diagnosticada en 1972, como paciente de desorden bipolar.
Mientras tanto, seguía confesándole a la prensa que no era gay, que sólo era un ser humano. Pensaba que si lo admitía su carrera estaba absolutamente finiquitada. Prefería atacar a las calumnias de los tabloides británicos. Para liberarse de ellos definitivamente, decidió vivir en Los Ángeles.
Durante aquellos años setenta se consolidó como una mujer en declive artístico y con una querencia a su propia auto-destrucción. Tuvo amantes de ambos lados del Atlántico y era muy conocida en todas las comunidades lésbicas. Uno de sus más sonados “matrimonios” fue con la periodista norteamericana Faye Harris, que se convirtió en la fotógrafa oficial de Dusty.
A comienzos de los 80s tuvimos noticia de su nuevo amor, ya que ésta se enamoró locamente de la cantante Carole Pope, de la banda Rough Trade, muy conocida porque su tema “High School Confidential” se convirtió en el primer éxito de explícito lesbianismo. Pero el amor loco con Carole sólo duró dos meses.
En la primavera, Dusty conoció en una reunión de alcohólicos anónimos a la que dijo que fue el amor de su vida, la no muy conocida actriz de Hollywood, Tedda Bracci. En noviembre de 1983, Dusty se casó con Tedda, en una semi-famosa ceremonia en Los Angeles, en el rancho de una conocida lesbiana.
Naturalmente, el estado de California nunca reconoció legalmente aquel matrimonio. El que duraría tres años. Pero fue un escándalo continuo, una tortuosa relación sado-masoquista que llevó a las dos en varias ocasiones al hospital. A veces con heridas mutuas en peleas de una violencia incontrolable. En otras, producto de auto-lesiones propias o intentos de suicidio.
Es conocido uno de aquellos “duelos a muerte”, ya que en una ocasión Tedda le cortó el rostro a Dusty, con una herida terrible en su boca. Como tenía poco dinero se tuvo que hacer una reforma de su boca con un cirujano plástico barato. Como resultado de aquella desastrosa operación, Dusty perdió para siempre el movimiento de su boca y nos quedamos eternamente sin su encantadora sonrisa.

El gran Neil Tennant de Pet Shop Boys la rescató de toda aquella pesadilla, al invitarla a cantar en dueto con él, la maravillosa canción “What Have I Done to Deserve This?”. Fue número uno.
Desgraciadamente, en enero de 1994, mientras grababa su último álbum, “A Very Fine Love” en Nashville, Dusty cayó en el estudio, sin sentido. Se le detectó un cáncer de mama. Entonces, sí que tuvo que regresar a casa.
A pesar de un tratamiento intensivo de quimioterapia, en 1999 moría en Henley-on Thames, en una modesta casa alquilada. Poco antes de morir incluso había tenido que vender todos los derechos autorales de sus letras por tan sólo un millón de libras. Un dinero que sólo servía para pagar sus costosísimas facturas de su tratamiento del cáncer.
Poco tiempo después de su muerte, era homenajeada en el Rock and Hall of Fame. Elton John fue el maestro de ceremonias y dijo que jamás había escuchado a una cantante blanca cantar de esa manera.
Te invitamos a revisar los artículos sobre grupos de la época:
Fuentes: plasticosydecibelios.com, ecured.cu y ‘Mujeres en La Música’ de Anabel Vélez.
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